Un pedido de solidaridad.

Hace un par de días recibí un correo pidiendo solidaridad, llamándome la atención lo abrí y puede leer el contenido de este, pese a que hace unos días no he tenido la posibilidad de escribir o por lo menos comentar la situación cubana, fíjense que hasta el andaluz se preocupo y vino a verme a la casa, pero nada la cosa no es de gravedad, al parecer a este amigo le preocupo mi ausencia del bar y su acostumbrada caña a mi cuenta.

Bueno el caso de Cuba se está poniendo peliaguda y muestra todas las características vividas en los ya desaparecidos países hermanos del campo socialista, al parecer todo va caminado junto, la disminución de la ayuda económica a los grupos cubanos que a su vez ayudan a los opositores, además del pedido del propio pueblo cubano a los opositores a salir a la calle, para tener a alguien a quien seguir. ¿O cuando oímos a muchos cubanos que dicen aquí nadie hace nada, no quiere decir, si alguien hace yo lo sigo?

Bueno como ven, cuando de Cuba se trata no sé cuando parar, aquí les pongo integro el mensaje como me llego, así si alguien lee mi triste y abandonado blog, lo puede copiar o decir a otro y así a su vez mi esperanza es que se sume a la ola de la cual soy una gota pidiendo justicia y soñando ser un Tsunami.

Que no quede un solo cubano digno, en cualquier parte del mundo que se cruce de brazos y observe con indiferencia el calvario de Sara Marta Fonseca. Hay que movilizarse ya. Formemos un haz de voluntades que se entrelace a través de fronteras y países. Sara Marta, una mujer de las que luchan de verdad, de las que respaldan su palabra con hechos concretos, hoy sufre en carne propia la vesanía de los castristas. Que cada página patriótica se haga eco de esta campaña. Que cada uno desde el lugar en que habite, se movilice, escriba a sus representantes, al Gobierno y a los periódicos, narrando los atropellos a que ha sido sometida esta digna patriota y solicitando la solidaridad internacional en su favor y a favor de su esposo, hijo y compañeros de lucha, a los que la tiranía  castrista amenaza con encarcelarlos por largos años, repitiendo la historia de los últimos 52 años. ¡Arriba, Vamos a empujar juntos!