Bienvenido todos y pueden chupar caramelos.

Como el tiempo ha pasado y sigue pasando, especialmente para los cubanos, hemos creado este rincon donde podemos descargar sin penas ni glorias todo los que nos molesta.



Sunday, February 19, 2012

La sopresa de Navia.

Por las ultimas semanas he estado ausente, es como que me salí del mundo por unos días y ahora regreso y me tomo con más de lo mismo, pues  os quiero contar que me fui  a Navia a pasar unos días que bien que me hacían falta, pues a la verdad no podía soportar a mi mujer con tanto dale que dale, que si la sobrina, o que si el cura que está enfermo o que si los “sobrinos “ del cura se le parecen mucho, nada de nada que me fui al Renfe y luego cuando viene a ver Navia se abría ante mí como Navia se abre al Cantábrico a la orilla del agua, como novia que mira al mar esperando al marino amado.

He pasado unos días de maravillas, y la gran maravilla que me tope y para gran sorpresa mía, bueno que me va a sorprender de los cubanos, joder, si son como soy yo, solo que en vez de salero tienen sandunga aunque se hayan conseguidos acentos australianos, pues  como os decía, en la botica Campoamor, muy cerca de la calle Reloj y a unos pasos de la Plaza de armas y ayuntamiento me encontré con una mujer delgada, de espejuelos y delgada que le estaba dando un bronca al boticario de madre y muy señor nuestro, los dos enfadados se decían que si esto que si lo otro, que la mujer que muy enfadada le grito en la misma cara al boticario: ¡Lo que pasa salao, es que tu dichoso partido perdió en las pasadas elecciones y ahora tenemos que encender una vela a cada santo y hasta llamar a los babalos para que enderecen los que los socialistas jodieron!. Cuando esa mujer digo babalao, me quede de una pieza y me dije, no puede ser, aquí que viven no más de 2 mil persona, me he encontrado con una cubana, por Dios que buena suerte he tenido.

Cuando la mujer se calmo y le volvió a decir al boticario que España no era Cuba y que por que no estaba su medicina, me le acerque con cautela y pese que su acento es bien asturiano le pregunte  que si era cubana, ella me miro con los ojos bien abiertos y con una sonrisa de oreja a oreja me dijo si señor para servirle a Ud. y como lo puedo ayudar. Nada le digo, que me pareció extraño tan al norte y tan pequeño este pueblo tenga cubanos también, le digo, ella me dice por ahora el pueblo está a salvo, yo soy la único creo, algunos han pasado, pero se marchan a las grandes ciudades y nos echamos a reír.

Luego nos sentamos a tomarnos un café y me cuenta que ella escribe en un blog, que ayuda a periodistas cubanos en la isla a llevar sus blogs, que dentro de su pobreza regala su tiempo para que los que esclavizados están en Cuba puedan llevar sus verdades al mundo, que quisiera hacer mas, pero que todo tiene un límite y ella como que ya está llegando a eso. Me cuenta de los correos que le llegan, de Cuba, de lo que la gente le cuenta en privado y que pese que algunos están perdiendo el miedo todavía se siente en la carne cuando le cuentan las cosas, que no han cambiado mucho desde que ella salió de Cuba.

Pensé caminar por Navia, mucho más, pero esta delgada mujer me dijo tantas cosas que, la invite a dar una vuelta por el pueblo y llegamos hasta la Dársena y le dije, tú crees que algún día cambiaran las cosas en Cuba y ella me dijo, espero que sí, no sé cuando, pero estoy haciendo lo que puedo, para tener al menos lo que tienen los españoles, libertad y democracia, que aunque con eso no se come, si se puede luchar por comer sin que te persigan por ser un “maseta”(persona en Cuba que maneja dinero o recursos), nos reímos y seguimos hablando, le dije de mi padre y sus aventuras en Cuba, de mi amigo el gitano, le conté de mi blog y se intereso mucho, me prometió que lo visitaría.

De camino luego por la Avenida del Pardo, ya entradita la tarde no llegamos a La Braña, un mesón muy acogedor, nos tomamos una copa para matar el frío y hablando de Cuba, el tiempo paso como esas películas cuando las aceleran, pues así me pareció, luego me dice que tenía que regresar por su medicamento antes de que cerraran la botica, la acompañe y luego de la debida presentación y despedía, me pidió que no dijera su nombre, que no hablara de lo que ella hace, pues en fin no es nada comparado con los que han muerto o cumplido prisión por la democracia en Cuba, que por favor ni la mencionara y en eso quedamos y yo le pedí lo mismo, partí bajo las sombras y con la llovizna asturiana y el viento del mar.

He llegado a mi casa, me tope a mi mujer de los más tranquila, ni me ha preguntado por donde andaba estos días, al parecer ella le hacía falta que yo no estuviera por unos días y nada todo vuelve a lo mismo, el andaluz ya está aguardando por mí en el bar, mi caña esperando por mí, pero mi mente sigue en Navia, donde vive esa cubana con acento asturiano, que pese a la enfermedad, al frio a la pobreza, al menos regala su tiempo a quienes desde sus blogs están denunciando los abusos de los castristas, ella con la modestia de los santos, todos los días se la pasa ¡sonando a los chivatos! Como dice ella.

No les voy a decir su nombre, ni su blog, ni a quienes ayuda en Cuba, ni a qué organización de Miami pertenece aunque sea en la distancia, ni en que trabaja, ni que estudio, pese que se va a poner molesta, si les digo que en Navia, aunque haya frio y viento, existe una modesta casita que guarda todo el calor de Cuba, que las palmas susurran en su alcoba, que el Cauto fluye al mar, que los tomeguines cantan y la mariposa perfuma la vida y que la esperanza está guardada a la orilla del Cantábrico para un día volver a surcarlo en dirección contraria.