Un día,
hace un buen tiempo ya, mi esposa me dice: ¿Por qué tu que tienes tiempo no
arreglas el jardín y el patio y así te entretienes?
Yo
pausadamente le dije que era muy buena idea, que iba a buscar tiempo y que iba
a acomodar un par de días (mañanas) al mes para hacerlo, que me diera unos días,
pues tenía que analizar cuales serian los días escogidos. Le recordé que me
levanto a las 9 de la mañana, que después del café me gusta sentarme a la computadora
a leer y revisar los correos así como las noticias, que cuando bajo a buscar mi
segunda taza de café paso un buen rato viendo Facebook y además dedico tiempo a
hablar con amigo por teléfono para comentar la actualidad mundial.
Ella pacientemente
me respondió que no olvidara que al medio día me gustaba ir a Isla Canarias
(restaurant) a tomar café , pellizcar cualquier bobería y pasar un rato con los
parroquianos que comenta de todo por lo menos un par de horas y que luego yo
regresaba a la casa para descansar un rato para irme a las prácticas de Judo
donde dedico 3 horas tres veces a la semana, le agradecí esos detalles que casi
olvidaba, pero le aclare que el Judo no molestaba, pues eran a partir de las 6
de la tarde y qué pensaría bien como dedicaba tiempo al arreglo y corte del césped.
Luego
de unos días sentados en la terraza de nuestra casa, ella, mi esposa me
recuerda nuestra pasada conversación sobre el arreglo del césped y le respondí que mirando mi horario creo que
puedo hacer espacio para esa labor, ella sugirió hacerlo los sábados, pero le recordé
que ese día generalmente grabamos el programa “A la Intemperie” (esto no es
propaganda) en la mañana y dura varias horas y los domingos seria un abuso
molestar a los vecinos con el ruido de los equipos de jardinería. Todo quedo así
y pasamos a hablar sobre otros temas y así paso esa tarde noche hasta que nos
sentamos a cenar y ver la televisión hasta altas horas de la noche.
Conociendo
a mi esposa y teniendo en cuenta que era la segunda vez que hablamos del tema y
yo que soy un hombre de acción no podía permitir seguir dilatando esta situación
que había llamado la atención de mi esposa y buscando una salida que le diera
respuesta a su motivación, le pedí que se escogiera una ropa y zapatos apropiados
(viejos) para el corte del césped y ella muy feliz me dijo; no lo hagas hoy,
cuando yo regrese del trabajo te pongo la ropa en el garaje y ya puedes trabajar
en el jardín. Así lo acepte, pero le aclare que ahora tendría que esperar hasta
la próxima semana, pues uno de los días escogidos ya había pasado, ella asintió
con una sonrisa que me recuerda nuestros días de juventud.
Quedándome
preocupado y notando que no me habían hecho café me decidí a hablar con el
jardinero que ese día precisamente venia a trabajar en casa y le propuse que a
partir de la semana siguiente yo necesitaba que él se pusiera mi ropa para
cortar la hierba al menos una vez al mes y que me la diera cuando concluyera su
labor, que me iba a hacer un gran favor, el muy amable me dijo que con mucho
gusto y que le gustaba eso de que no le pagara con un cheque, que el efectivo
era mejor para él, así que en eso quedamos.
Aquí es
donde se hace realidad las muestras de amor y de comprensión a que me refería,
cada vez que mi esposa llega del trabajo y ve el jardín me dice lo lindo y
arreglado esta desde que yo lo hago, que el jardinero era un poco chapucero y
conversador. Me dolería herirla diciéndole que es el mismo el que sigue
haciendo el trabajo, me gustaría que cambiara de opinión sobre el jardinero, pero
creo que se sentiría muy mal al ver que se ha equivocado sobre este trabajador,
además ella es feliz mostrándole a las amistades el buen trabajo que “yo” hago,
sobretodo que he sacrificado el tiempo que dedicaba a mis actividades a
complacerla, sería difícil hacer algo que pueda
producir dolor a ella.
Bueno
mis amigos, espero que este ejemplo de amor los motive a Uds. a hacer todo lo
necesario para que su pareja sea feliz.
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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